martes, 15 de abril de 2014

Sangre y Chocolate.

Las llamas saltaron iluminando la noche con su luz carnavalesca. Las chispas ocuparon el lugar de las estrellas. La posada centenaria erguía su silueta frente a un infierno y todo cuanto Vivian conocía estaba siendo consumido por el fuego.

Dos figuras, con el pijama negro de hollín y el rostro pálido de terror, salieron por la destrozada puerta delantera y corrieron hacia el bosque donde ella estaba. Quien las había sacado a empujones desapareció de nuevo en el interior...

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